Xabi Alonso está feliz: tendrá fiestas de Navidad. Lleva cinco años jugando en Inglaterra, donde en estas fechas se juega, y se juega intensamente. Es una tradición que me hace reflexionar cada año y un tema sobre el que he de regresar unos de estos días. Pero hoy me interesa más el contraste entre lo que le ocurre a Xabi Alonso y lo que le ocurre a Rafa Benítez, que se encuentra un poco en precario en el Liverpool. Benítez tendrá que trabajar estas navidades, como todo hijo de vecino en la Premier, pero además trabaja en circunstancias difíciles. El equipo se le ha atascado, los resultados no llegan.

Rafa Benítez fue como la purga de Benito para el Liverpool. Nada más llegar le hizo campeón de Champions, devolviéndole a un plano perdido muchos años atrás. Y le situó entre los grandes del fútbol inglés, formando con Chelsea, Manchester United y Arsenal un cuarteto que parecía destinado cada año a repartirse los puestos de la Champions. Tan contentos estaban con él que este verano le renovaron hasta 2014, como a Torres, la perla del equipo. Aquí siempre tuvo seguidores el Liverpool, porque marcó una época, pero ahora es más nuestro que nunca, porque es el 'Spanish Liverpool'.

De ahí que nos preocupen sus cosas. Y ya va estando claro que no es el mismo equipo desde que se fue Xabi Alonso. Es más difícil hacer un equipo que deshacerlo, como es difícil equilibrar un montón de latas y muy fácil desmoronarlo quitando la de abajo. El Liverpool sigue teniendo buenos jugadores, pero en el cruce de caminos ya no está Xabi Alonso. Benítez sufre por ello, está fuera de la Champions, sólo ha ganado tres de los últimos doce partidos y peligra su puesto, porque la globalización alcanza a todo, y la inestabilidad en los banquillos ya afecta incluso al fútbol inglés, otrora inmutable en este aspecto.