El Madrid carga de confianza al Barça

El Madrid carga de confianza al Barça

Pellegrini haría bien en apearse de su libreto y abrirse a los extremos. Lo que intenta no sale, pasa el tiempo y no sale. Aquella fluidez del Villarreal, que realmente existió y nos llenó los ojos, no le va a aparecer aquí, entre otras cosas porque Kaká y Cristiano, que ahora vuelve, tienen un fútbol con sello propio del que no se van a apear. Los dos arrancan y tiran hacia arriba. Kaká es en realidad un segundo delantero. Cada vez me figuro más a un Madrid con Higuaín o Cristiano a la derecha, Marcelo o Cristiano a la izquierda y Kaká tras el delantero centro, Benzema o Higuaín. Y Xabi Alonso y Lass en la media.

El juego con extremos tranquiliza y encaja bien. Es como la cocina de la abuela, que siempre gusta. Se puede jugar bien (y hasta mejor) al fútbol sin extremos fijos, como ha demostrado España, por ejemplo. Pellegrini busca algo más sofisticado, algo que existe, puesto que en el Villarreal le salió. Pero aquí no avanza y me temo que esto está degenerando en cabezonería. La mayoría de los jugadores están dando de sí menos de lo que valen: los fenómenos, los buenos y los regulares, casi todos. Y el equipo se cansa. Cuando nada encaja se corre más, se piensa más y peor, porque nada sale solo y todo tiende a venirse abajo.

De ahí la caída en las segundas partes. La de ayer fue espectacular porque se produjo ante un equipo malo, que si llega a ser algo menos malo empata. El Barça se acostó ayer tranquilo: el Madrid le cargó de confianza, tanto o más que le cargara su propio buen partido ante el Inter, sin Messi ni Ibrahimovic. La única buena noticia para el Madrid fue la vuelta de Cristiano, que llega al rescate en un momento crucial. Pero con Cristiano o sin Cristiano, Pellegrini tendrá que hacer un equipo antes o después, porque para eso vino y porque el Madrid no puede dar día sí y día también cantes tan tremendos.