El rival que le motiva a Florentino

La diferencia entre Real Madrid y Atlético de Madrid se ha convertido en abismal en la última década. La racha de 15 derbis sin ganar del Atlético evidencia empíricamente que el eterno rival se ha distanciado hasta el infinito. La llegada a la presidencia de Florentino Pérez en el año 2000 es el punto de inflexión para el distanciamiento, económico y deportivo, de dos entidades que habían competido muchas décadas de tú a tú, con el Madrid por encima en la Copa de Europa. Precisamente, Florentino es un madridista de viejo cuño, de esos aficionados merengues para los que, en su infancia y juventud, el gran rival era el vecino colchonero. Igual que lo era para don Alfredo Di Stéfano por lo que vivió en su faceta de jugador y en sus albores de entrenador.

En su primera etapa como presidente, Florentino cosechó varios desencantos. Uno de los disgustos más gordos que se llevó, al nivel del Centenariazo del Depor, fue cuando en los minutos de prolongación Albertini transformó un golpe franco directo y empató a dos el derbi. Florentino no daba crédito desde su cómoda butaca del palco del Bernabéu. Su mosqueo fue monumental. Y eso que el Atlético sólo empató. Florentino no entiende cómo pudiendo ser del Madrid hay gente que se hace del Atlético. Será porque en la vida no se puede ganar siempre. Pero ya toca.