El portugués se ve otra vez salvador

Este verano, en una improvisada charla entre un par de entrenadores, una estrella de la Premier y algún que otro periodista en un chiringuito de la Costa Brava, se habló, cómo no, de Messi y de Cristiano Ronaldo. La mayoría prefería tener al argentino en su equipo y no de rival, aunque todos ellos admitieron que si se desmenuzaba una por una las características de los futbolistas, salía ganando el portugués. Cabecea mejor, saca mejor las faltas, tiene más cuerpo, chuta con más fuerza. Ahora puede añadirse que gana los partidos solo. No es una afirmación del todo exagerada, aunque sí un poco: con Portugal demuestra que no es Superman. Pero con el Madrid se ha confirmado que, como en los parques y con los chavales, existe la posibilidad de que un tío eleve al cubo el nivel del grupo. Marcó en los cuatro primeros partidos de Liga (incluso hizo un doblete). Y ya se sabe lo que pasó tras lesionarse.

Messi está mejorando porque juega en un equipo com cal, pero Cristiano está cómodo sin las obligaciones tácticas a las que debería someterse. Me imagino que su prisa por volver a los terrenos de juego tiene tanto que ver con la debilidad que está demostrado el Madrid como con su sensación de que, si le dan el balón, ahora que se le echa tanto de menos, se convertirá de nuevo en el centro de atención, en el salvador de esta situación.