Mendilibar siempre en estado puro
Pasa el tiempo, pasan las temporadas y Mendilibar no cambia. Sigue fiel a su estilo. Directo, sincero, sin pelos en la lengua, siempre con las ideas muy claras y convencido de que lo mejor que puede hacer es seguir su instinto, su inspiración y lo que observa en el día a día. Es hombre más de sensaciones que de libreta, más de captar con su antena propia que de dejarlo todo al amparo del DVD y del ordenador. Él es así y no tiene ninguna intención de cambiar. Asume su fama de 'cabezota' con gusto a cambio de no convertirse en uno de esos insoportables diplomáticos que tanto abundan en este falso mundo del fútbol.
Fueron ayer 50 minutos de tertulia retransmitida a través de la radio y más de cuatro horas de reunión en torno a la mesa del restaurante La Criolla. La cita dio para mucho y nos dejó entrever la confianza que el entrenador tiene en sacar este proyecto adelante, pero también la prudencia ante la gran cantidad de jugadores nuevos que este año han llegado a la plantilla. Conversamos con un Mendilibar que nos confesó estar encantado aquí, con el club, con el equipo y con todo lo que le rodea. Parece dispuesto a negociar su renovación. No le perderá la ambición por ganar más dinero. Valora más la seguridad de permanecer en un equipo en el que lo tiene todo controlado. Eso sí, acabó por confesarnos en privado el club al que algún día le gustaría entrenar antes de retirarse, pero esa información es secreto del sumario y ahí se queda.