Presión por ganar no. Es necesidad
Mendilibar quiere quitar presión a sus jugadores de cara al encuentro del domingo. Teme que la ansiedad de saber que llevan desde marzo sin dar una satisfacción a sus seguidores en Zorrilla se vuelva en su contra. Y seguramente tenga razón. El problema es que una cosa son los deseos de desdramatizar un partido a la octava jornada y otra la realidad de un equipo que, por encima de todo, necesita ganar ya. Porque se trata de eso, de necesidad. Lo de no ganar desde marzo es anécdota, estadística, además de realidad a la vez. Pero del pasado no se vive y de lo que hay que estar realmente pendientes es del día a día actual. Huyamos de meter presión a los jugadores de cara al encuentro del sábado, pero no podemos prohibirles leer los periódicos y que repasen la clasificación. Y ésta no miente. Si el Valladolid pierde el domingo caerá en descenso y si empata probablemente. Si quiere seguir fuera de la zona roja de peligro debe ganar.
De todas formas, la presión bien entendida no es mala, siempre y cuando los sujetos susceptibles de sufrirla estén preparados para ello. Hay que suponer que a la octava jornada y con toda la Liga por delante, y sabiendo como están las cosas, los jugadores sean conscientes de que si no hubiera presión por ganar el domingo es que el equipo, el club y su entorno estarían casi con encefalograma plano. Es bueno que los jugadores transformen esa presión en intensidad, en ambición, en seguridad. Esto es fútbol profesional y no una broma.