Muy fuerte, pero le falta exigirse más

Seis de los ocho goles encajados esta temporada por el Chelsea han sido a balón parado. Les debe sonar el tema a los del Atlético... ¿Qué ocurre? ¿Será que Lampard, Cech, Terry o Carvalho saltan menos? ¿Será que Ancelotti no lo recalca suficientemente en los entrenamientos? ¿O será que ese medio centímetro de salto de más, ese medio segundo de reacción se ha perdido por razones misteriosas?

La mayoría de futbolistas, esos que no tienen un don de la naturaleza, se hacen profesionales por su fortaleza mental. Muchos no son mejores que otros que no han llegado, pero sí tienen ese punto de confianza, de arrogancia, de ambición que les lleva a la cima. Una vez ahí, las diferencias son mínimas y, de nuevo, si no hay un talento claramente superior, la cabeza marca hasta dónde puede llegar cada uno. Si hay un punto de relajación (como ocurre actualmente en un Chelsea que apenas se ha reciclado desde la era Mourinho) o un punto de duda (como ocurre en el Atlético) se salta más tarde, se perciben menos enemigos de los que hay. ¿Cómo no van a saber defender un córner los profesionales del Chelsea o del Atlético? Lo que ocurre es que están por debajo del listón de exigencia mínima. Y ahí tiene el Atlético, que gusta de noches grandes y que sale de sus bajones más rápido que el Chelsea, su oportunidad.