Cristiano y Messi: penas físicas y morales

Cristiano y Messi: penas físicas y morales

Cristiano vuelve malherido, Messi se queda, pero maltratado. El destino de estos muchachos no es siempre miel y rosas. A veces chocan con montañas de exigencia, porque les piden, les pedimos (cada cual a los suyos) lo que a veces no tienen. Cristiano fue a Portugal corriendo un evidente riesgo, ahora se ve. Y ha salido mal. Pero, ¿qué iba a hacer? ¿Podría decirle a su país que le dolía el tobillo que prefería quedarse contando sus millones en Madrid mientras Portugal se jugaba el pase al Mundial? No, debía ir y fue. Provocó un gol, el primero, el que vale, estropeó su tobillo y regresó.

Ahora, a curarse. Por cierto, lo mejor es que se cure bien. Su caso me hace recordar el de Figo, que, en su deseo de estar aquel día tan grande, forzó para jugar la final del Centenariazo, ante el Depor. Tenía el tobillo como la cabeza, pero jugó. Eso le hizo arrastrar la lesión mucho tiempo, completar una temporada floja, quizá acelerar su declive. Aquel enorme jugador tuvo que ser sustituido en la final de Glasgow cuando aún quedaba media hora de partido. De haber renunciado al Centenario y haberse curado bien, todo habría sido distinto. Es una enseñanza para Cristiano.

El cuerpo da para lo que da. Pellegrini tendrá que apañarse. Messi sigue, pero vituperado. Le acusan de no jugar tan bien como en el Barça. Vaya, como si no le interesase ir al Mundial. Quien no juega tan bien como el Barça es Argentina y, con perdón, difícil será que juegue bien con el entrenador que tiene. El 'sidieguismo' ha llevado a la argentina futbolística a esta situación esperpéntica, y los tiros se desvían ahora hacia este gran jugador que cruza el charco para que le cuezan a patadas (eso fue lo que le pasó anteanoche) y para cargar con las culpas cuando las cosas no salen. Y Maradona, haciendo el hidroavión por un gol de Palermo en off-side.