La Liga bipolar sigue su curso, aunque ya hay quien levanta el dedo para presentar enmienda a la totalidad: Del Nido. Madrid y Barça siguen a lo suyo, quince puntos de quince, pero los cuatro goles del Sevilla en San Mamés son un puñetazo en la mesa. Y el Sevilla, justamente, recibirá al Madrid el domingo que viene, en Canal +. Ahí podremos establecer algunas conclusiones ya sobre el verdadero valor de este Madrid que marcha a tirones de sus figuras, que no maneja los partidos, que pasa largas fases persiguiendo el balón, pero que de cuando en cuando percute y golea.

Y que es líder, al fin y al cabo. Un buen madridista, de cincuenta años de carnet, me recordaba ayer por la mañana que las estadísticas de esta Liga señalan que el Madrid llega más veces a puerta que el Barça, y que en cambio le llegan menos. "¿Eso no es jugar bien?" Después de mover esa ficha me dejó pensando, pero cuando vi la primera mitad del Madrid me entraron ganas de llamarle otra vez, porque fue una pena. Cuestión de las rotaciones, desde luego. Pellegrini aún no tiene equipo pero rota. Ayer la ruleta cayó en que no jugara Kaká (ni Guti al menos, en su puesto) en la primera mitad, y bien que lo sufrimos.

Luego los sacó a los dos y el fútbol se lo premió con goles y puntos, pero no sé si eso le servirá. No niego el valor de las rotaciones, pero lo primero es encontrar equipo, dibujo, modelo de juego y automatismos y luego ir repartiendo descansos y esfuerzos. Y sólo si el guión lo exije, como decían las pioneras del destape en los heroicos setenta, no porque sí. Total: medio partido aburrido y el otro medio con arreones de las figuras, goles, y cambio a partido resuelto (¡y dale con rotar!) de Cristiano, que se fue con mala cara. Eso sí, tres puntos. Y el Barça, otros tres. Empate a quince y el Madrid líder por foto finish.