El mejor europeo de la década

Hablaba con mi compañero Héctor Martínez poco antes de que viajara a Polonia y le decía: "Vas a disfrutar con el primer oro en un Europeo, porque seguro que van a ganar. Ninguna otra selección presentará un nivel tan alto". A los pocos días, tras la paliza en Lituania y las derrotas con Serbia y Turquía, reconozco que cambié el discurso. Empecé a dudar, temía que, sin Calderón ni Jiménez, un mal partido de Gasol y Navarro nos mandara a casa en un cruce. Pero él, sin embargo, lo tenía por entonces bastante más claro: "La victoria no se escapa, es todo perfecto, más literario. Un inicio difícil, incertidumbre y, al final, una gesta histórica".

Y así ha sido. El único rival de esta Selección fue ella misma. Sufrió algo con las lesiones, Scariolo tuvo que acoplarse al equipo en plena competición, pero en menos de una semana, cuando la presión era máxima, el grupo salió a flote. Reaccionaron todos, aunque hubo un gran héroe: Pau Gasol. No destaca por su dureza defensiva, aunque esta vez su intensidad y determinación en los partidos grandes nos ha sobrecogido a todos. El talento de siempre con una competitividad extrema que han hecho que cierre la década como el mejor jugador europeo. Atrás queda el amargor del último tiro del Eurobasket 2007 en Madrid y de las otras finales perdidas. Gasol se ha coronado.