El miedo domina a las fuerzas

La etapa de Ávila era un terreno ideal para probar a los hombres del podio, y para que Samuel, aprovechando a su gregario Igor Antón, intentara acercarse más a las proximidades de una victoria en Madrid. Mosquera está afectado por la caída, y Gesink no se sabe. El miedo que se tienen los de arriba, unido a una aparente falta de fuerzas, propició que las durísimas rampas del 15% del Collado Mediano pasaran desapercibidas, ya que nadie se movió. Los de arriba de la Vuelta nos han decepcionado, pero los pequeños han luchado, y triunfado, en una llegada, Ávila, tan mítica como su muralla. Hace dos años Carlos Sastre sentenció el podio en esta gran ciudad, pero no era el ciclismo conservador que hoy estamos viviendo, tal vez porque no hay un escalador dominador, como Andy Schlek o Alberto Contador, o simplemente porque la igualdad es el común denominador.

L es queda una bala en la recámara, la de hoy, Navacerrada, pero su calidad parece ineficaz, a no ser que la lluvia empiece a mandar, y un descenso duro haga plantear, ante un Valverde que ha gastado poco, por lo que no le podrán soltar. Hoy, merced a este final en bajada, se pueden rascar unos segundos importantes, en un día interesante, en donde una caída, probablemente provocada por la lluvia, puede eliminar a un rival, o al propio Valverde; pero esperemos que no suceda, y que la tortilla se quede como está, con la contrarreloj de Toledo como principal lugar para recortar, y con Evans, luchando por entrar en el podio.