Llegan las etapas de montaña
Por coincidencia de fechas podemos buscarle similitud ciclista al Eurobasket. Y la perspectiva es preocupante para nuestro equipo. Si hemos sufrido en el llano, imaginen lo que nos espera en los Pirineos. En circunstancias normales España pensaría ya en elegir rival para el cruce de cuartos, pero tras salvar la continuidad rozando el fuera de control, los siguientes rivales, Turquía, Lituania y el anfitrión, Polonia, aparecen como terribles cumbres. No será fácil que nuestra Selección logre una de las cuatro primeras plazas del grupo, porque el equilibrio de fuerzas es enorme.
En el fondo el auténtico problema para España es encontrarse a sí misma. La alegría y fortaleza que transmitía el equipo en veranos anteriores se ha transformado en inseguridad y desconfianza. Lo más perentorio es mejorar en solidez defensiva, en rebote y en triples. Es tarde para rectificar decisiones peligrosas, como venir con Pau y siete enanitos, o añadir un amistoso en Lituania totalmente superfluo. Ahora resulta que sólo Reyes y Marc cogen rebotes, y que quizá nos juguemos todo contra unos lituanos crecidos tras el palizón que nos endosaron días antes del Eurobasket. Y encima, con tanto base y escolta, apenas metemos triples. Lo dicho: llega la montaña.