Mejor dudar ahora que llorar luego
Una mala noche, un mal partido y todo cambia. Pasamos del oro a un aluvión de dudas. Porque el actual estado de ánimo de la Selección es ese, dubitativo. Es lo que ocurre cuando pierdes por 22 puntos ante un rival directo. Entonces da igual que los siete amistosos previos fueran una fiesta. O quizá sea por eso, porque los puristas pensamos que viene bien prepararse en territorio comanche, lejos del calor de casa, donde cada encuentro es una celebración que nos aleja del Europeo que viene. Ayer topamos de golpe con la realidad, como lo hicimos en Madrid 2007: aun siendo los mejores, en un cruce, a un partido, podemos caer con cualquiera, al menos con cualquiera de los grandes. El mazazo llega a cuatro días del campeonato y ni siquiera sabemos qué nota ponerle a la preparación. Quizá ni Scariolo lo tenga claro, porque sin Pau Gasol las cosas cambian mucho.
España volvió a defender mal, inconsistente. La diferencia es que en Lituania no lo arregló el ataque, ni los triples ni el rebote ni el juego interior. Pero incluso así vemos la botella medio llena. Falta Pau Gasol y, si con su vuelta no caemos en la dependencia, creceremos seguro. No se ha probado con Marc a la vez en pista, es cierto, pero es una de las armas que utilizará Scariolo. Son muy altos, muy buenos y se conocen bien, son hermanos, funcionará. Y respecto a la inseguridad, más vale dudar a tiempo que lamentar con lágrimas una derrota inesperada y sin solución. No hay equipo infalible.