Con Ricky España baila más rápido

Ala Selección se le quedan pequeños los amistosos de medio pelo, motivan poco a los jugadores, puede que algo más a la afición. Ayer, sin embargo, fue otra cosa. Venía Lituania, a la que España ha vencido en los últimos campeonatos, pero con la que perdió la final del Europeo 2003. La rivalidad es grande y vaya si se notó. Las dudas previas desaparecieron, adiós a la inconsistencia, hola al vendaval dirigido por Ricky Rubio. Sensacional, ¡qué jugador! Yo que el Barça me apresuraba a pagar a la Penya cuatro millones de euros, o lo que pida Villacampa. Y si fuera el Madrid pondría dinero a fondo perdido para que se marchara a la NBA. Todo con tal de evitar que el enemigo sea imbatible.

Porque con Ricky en pista la Selección baila a otro ritmo, hay más robos, más velocidad, y también ataques más fluidos. Ayer, además, estuvo excelso en el tiro. Quizá sea su punto débil, aunque hay que recordarles a algunos que la pasada campaña fue el triplista más efectivo del Joventut (43%). Junto a él, en estado de gracia, Navarro, el goleador del equipo; Marc e, incluso, Garbajosa, a su mejor nivel desde 2007. A Rudy, en cambio, le está costando, como le costó a Navarro en Pekín: demasiada inactividad tras la NBA.