Un Maxi redivivo en Atenas
Panionios y OFI son nombres de equipos griegos de infausto recuerdo para el Atlético. La encerrona de Creta aún permanece en la memoria de muchos rojiblancos y al equipo le azuzaron los oídos con lo del infierno griego antes de jugar en Atenas. Alguien, en el vestuario, debió imitar a Obdulio Varela cuando en el Mundial 50, antes de saltar a Maracaná en el último partido (a Brasil le valía el empate), dijo: "Los de 'ajuera' son de madera". Se refería a los 200.000 aficionados brasileños que había en las gradas. Jugaron sin temor, dieron el Maracanazo y se llevaron el título. Al Atlético le pasó ayer algo parecido, porque a los pocos minutos de comenzar el partido se dieron cuenta de que los hinchas griegos no asustaban y el rival no era de los de temer.
F iel al estilo de la temporada pasada, porque el cesto tiene los mismos mimbres, Abel no cambió casi nada: defensa adelantada, Kun más arriba que ninguno, Forlán moviéndose a su antojo y Assunçao seguro en el corte y la entrega. La sorpresa para muchos que le daban puerta fue Maxi, que volvió a ser una fiera como en su primer año. Quizá dejar la capitanía le haya liberado de tensiones. Se le notó más suelto, con buena llegada al remate y siempre presto para tocar en corto cerca del área, como en el gol, que le sirvió Forlán. A falta del jugador del último pase, da la impresión de que Abel quiere utilizar a Maxi de enganche. De ahí que, en muchas fases, se moviera más por el centro que por la banda. Fue un Maxi redivivo en Atenas, donde el Atlético mostró grandeza.