Cristiano: el primer gol que vale por tres
En el descanso del partido había un run-rún. El Madrid había apretado, pero no se le veía resolutivo. Y el empate le dejaba fuera. Se admitía que el equipo aún no haya alcanzado su carburación, cosa normal a estas alturas, pero de Cristiano y Benzema se esperaban milagros, y éstos no llegaban. Normal también: en pretemporada se trabaja antes la resistencia que la velocidad y a los jugadores les falta chispa. Y con ella, confianza. A mediodía estuve con gente que conoce bien a Cristiano y hablábamos de ello: de que aún no se le estaba viendo atrevido, encarador. Se le veía prudente, sin ser aún él.
Bueno, pues fue justo él quien cambió el paso del partido, nada más empezar la segunda parte. Los grandes están para eso: para asumir responsabilidades, para desatascar las situaciones difíciles. Así que en su primer balón de la segunda parte encaró, limpió a dos defensas, entró en el área y le barrieron. Penalti. Él mismo lo transformó. El LDUQ tuvo que abrirse y pronto llegó el segundo. El partido se resolvió con esa acción de Cristiano, que me hizo recordar una vez más algo que le escuché por primera vez a Di Stéfano: "El primer gol vale por tres". El primer gol es el difícil. Luego el rival se abre y...
Cristiano cambió la impaciencia, pues, por una victoria bonita, que dio para nuevos aplausos a Granero y para presentar a Negredo. Antes que todo eso, el partido dio para ver un Madrid con extremos bien abiertos, Robben y Cristiano, porque así puso el equipo de salida Pellegrini, que en el Villarreal no los usaba aunque sí ocupaba las bandas con jugadores alternativos. Robben le está metiendo en dudas. Le veo con posibilidades de quedarse, pese a su fragilidad, que le hizo marcharse antes de tiempo. He ahí un nuevo punto de interés para esta pretemporada. Y el viernes, la Juve.