Un detalle de auténtico campeón
Alberto Contador le dejó ganar ayer la etapa a Frank Schleck. Hizo un poco de teatro en el sprint final, porque estoy seguro de que si hubiera querido les habría ganado sin manos a los dos hermanos. Y además estoy convencido de que desde el coche del Astaná, su director Johan Bruyneel le dijo que les venciera. Pero el madrileño tuvo un detalle de campeonísimo con los Schleck, que desde luego no olvidarán. Ellos le trajeron en butaca hasta meta, y él les brinda el triunfo y hace unos buenos amigos en el pelotón. Un gesto de grandeza como los que tenía Miguel Indurain con sus rivales.
Me gustó la actitud de Alberto durante toda la jornada. Demostró que junto a los dos luxemburgueses es el hombre más fuerte del Tour de Francia con diferencia. Y además sacó más ventaja respecto a sus dos compañeros y enemigos en el Astaná, Andreas Klöden y Lance Armstrong. Ambos están mejor más alejados para la contrarreloj de hoy. Y respecto al ataque de Contador en La Colombiere, que descolgó a Klöden, me pareció muy bien. Nuestro ciclista no le debe nada a nadie en su equipo, ya que está solo y todos los demás van a su bola.