Jacobo no debe mirar atrás

La situación para Jacobo es clara. En vista de que, de momento, ningún club va a poner el dinero que pide el Valladolid para su salida y de que tiene dos años más de contrato en Zorrilla, su único objetivo tiene que ser demostrar que es mejor portero que Justo Villar y hacerse con el puesto en la portería del Valladolid. Ésta es su casa. Éste es su club. En todos los sitios cuecen habas y tiene por delante dos años de contrato, con un club de Primera, que le quiere, y con serias posibilidades de conseguir la titularidad. El panorama no parece tan malo.

Jacobo está dolido porque piensa, con bastante razón, que en Valladolid no se le ha tratado del todo bien. Parte de la Prensa le machacó cuando, siendo un chaval, acababa de debutar. No hay más que ver las hemerotecas y los archivos sonoros de aquellos partidos en Segunda, en Almería, ante el Castilla, o ya incluso en el primer año de Mendilibar. Parte del público ha sido duro con él, pero eso es parte de este negocio. Son los mismos que luego le darán palmadas cuando empiece a destacar. Jacobo, olvida el pasado y lucha por triunfar aquí.