Deben seguir los dos y Abel
Forlán acaba la temporada como el líder del Atlético, un futbolista indiscutible, que aspira al Pichichi y a la Bota de Oro. A su lado el Kun, oscurecido en los últimos partidos, ha tenido también momentos memorables. Son una pareja que se compenetra, una sociedad futbolística que dará muy buenos dividendos si siguen muchos años juntos. Los dos han tirado del carro del Atlético hasta llevarle a ese cuarto puesto que ocupa y que da derecho a jugar la Champions el próximo año. Si lo consiguen, el objetivo estará cumplido.
Ya partir de ese momento serán los dirigentes del Atlético los que tendrán que decidir. Si quieren un Atlético grande, que aspire a mantenerse entre los mejores y luche por los títulos, Kun y Forlán son imprescindibles. Deben hacer el esfuerzo que sea necesario para que sigan vestidos de rojiblanco. Con ellos, y los tres o cuatro retoques que hacen falta, se puede formar un equipo que aspire a todo. El Atlético necesita un centrocampista de categoría y un par de laterales de primera línea. ¿El entrenador? Yo no tengo dudas: Abel. Sólo faltan dos partidos y no es el momento para discutir al entrenador, pero si el Atlético queda al final en puesto de Champions, Abel se habrá ganado a pulso su renovación.