Con garra y actitud de Champions
Se podrá discutir el penalti, vale, pero no la victoria, porque el Atleti fue mejor de principio a fin. Sólo le falló lo que le ha sobrado toda la temporada: la pegada. César estuvo inmenso y los delanteros rojiblancos no tuvieron el tino de otras veces y se estrellaron contra él. Por eso el Atlético tuvo que sufrir hasta el final, porque todos sabemos que en estas situaciones, con marcador tan corto y tanto en juego, cualquier error es una catástrofe. Y todos sabemos también que el Atlético tiene auténticos especialistas en meter la pata en momentos decisivos. El equipo no hubiera merecido ese tropezón. Hizo un partido sobrio y serio, todos para todos, corriendo como leones para cerrar espacios. En esa labor estuvo magnífico Assunçao, el brasileño que se ha agigantado en los últimos partidos y que anoche hizo un derroche físico espectacular.
Abel, además, acertó desde la alineación. Le faltaba un lateral derecho y se sacó de la manga a Ujfalusi, que ya había jugado bastantes veces ahí con la Fiorentina. Le salió redondo. Hizo un partidazo y consiguió que no apareciese Mata. Emery no se esperaba las carreras por la banda del checo de la cinta en el pelo. Por ahí empezó a ganar la partida este Atlético, que no le perdió nunca la cara a un duelo áspero y duro. Abel ha dado con la tecla buena y el equipo tiene otra vez actitud y garra. Por eso, a falta de dos jornadas, está en puesto de Champions, se lo ha ganado a pulso. Ahora le falta rematar la faena, pero si mantiene esta línea lo conseguirá.