El Málaga merece palmas

Los jugadores del Málaga andan algo mosqueados con los silbidos que les dedicó parte de la afición, digo parte porque fueron unos pocos, durante el transcurso del encuentro de la pasada jornada contra el Deportivo. Esos pitos, que yo también escuché, son injustos por muchos motivos, pero uno principal: este equipo merece un monumento en la calle Larios. A otros, por menos, les pusieron hasta una calle. Nadie daba un duro por este Málaga y con muchísimas jornadas por delante consiguió el objetivo de la permanencia. Lo que venga después, espero que sea Europa, será un logro sin parangón y un premio para la sufrida afición. Quizás los que mostraron su desaprobación eran seguidores del Málaga que se suben al caballo ganador y acuden a La Rosaleda para criticar a todo lo que se mueve. Esta vez, a los futbolistas. Porque los verdaderos malaguistas estuvieron hasta el final apoyando a los jugadores.

El presidente del Málaga, Fernando Sanz, piensa que no hay que generalizar, ya que durante toda la temporada la afición del conjunto blanquiazul ha demostrado ser una de las mejores de España. Es verdad. Ahora, lo que hay que hacer es apoyar en los dos partidos que restan en casa y dejarse de pegar tiros al técnico Antonio Tapia, dicen que por los cambios. El entrenador está a la espera de renovar y creo, por sus palabras y las del presidente, que habrá entente cordial. Este es un club serio, dirigido por gente seria. El Málaga es un sentimiento. Volveré.