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El lujo de sentar al Kun Agüero

Presión, presión y presión, fútbol físico, pocos espacios, centrocampismo en vena y el Kun en el banquillo celebrando el nacimiento de su primer hijo. Así planteó Abel la batalla ante el Sevilla. Pudo salirle bien, pero al final, precisamente cuando ya estaba Agüero en el campo y el Atlético parecía haber recuperado la alegría, las musas y el peligro, quien apareció fue Navas y dejó la Champions un poquito más lejos para el Atlético. El equipo, eso sí, cumplió a rajatabla las ideas que pretende imponer su entrenador. Y la actitud de todos fue encomiable. Nada que reprochar. Se fajaron en un partido duro y trabado por todas partes, como habían previsto las pizarras de los dos técnicos, a los que eso del tiqui-taca debe sonarles a música celestial.Abel se permitió el lujazo de dejar descansar al Kun Agüero. Él sabrá las razones. Eso de que ser padre le produjo demasiada tensión física y emocional lo comprendemos, pero no cuela. El Kun estaba con ganas de jugar para celebrar con un gol su paternidad. Se vio cuando saltó al campo. Inmediatamente Forlán se retrasó y se produjo la conexión entre los dos. Hubo tres o cuatro ráfagas de juego brillante con el Kun al mando de las operaciones. Y pudo llegar el gol, porque con Agüero en el campo al Atlético se le encienden todas las luces en ataque y parece capaz de tumbar al enemigo más peligroso. No fue así, porque el Sevilla también cuenta con cracks que se salen de los esquemas rígidos de sus entrenadores, como Kanouté y Navas.