...también hay vida sin Robben
Quien sea capaz de descifrar misterios futbolísticos como éste que levante la mano y responda. La Robbendependencia del Madrid estaba siendo realmente alarmante. En lo que va de 2009, había marcado cuatro de los once goles y había tenido participación directa en otros dos. En la era Juande sólo había faltado en un partido, en el Camp Nou, y había sido la única derrota. Su ausencia ayer planteaba un enigma. "Jugar sin Robben", era el título, y el Madrid lo resolvió con cuatro dianas y media docena de ocasiones clarísimas de gol. Incluso resultó extravagante hasta el sustituto: Marcelo. En teoría, un lateral por un extremo, aunque el brasileño se colocó como medio zurdo. Para jugar sin Robben, el técnico movió piezas e invirtió las bandas.
El resultado fue un conjunto más combinativo, con más posesión de balón y que no se obsesionaba en buscar siempre el mismo hombre, sino que salía indistintamente por los dos costados y buscaba constantemente a la "doble hache" (Higuaín-Huntelaar), aunque el que apareció como casi siempre en la boca del gol fue Raúl. Como Marcelo se colocó en la izquierda, la derecha se quedó libre... para Sergio Ramos que, sin Robben por delante, dio una de sus mejores prestaciones de las últimas semanas. No subió por costumbre sino cuando estaba en ventaja y siempre hizo daño con sus centros bien golpeados. El otro gran beneficiado de la ausencia del holandés fue Higuaín, soberbio, que tuvo mucha más presencia en todo el frente del ataque.