Permanencia o el sueño de Europa

La afición es libre para soñar. Los seguidores malaguistas sueñan con Europa. Es lícito. Lo han pasado tan mal que ahora mismo, y como está transcurriendo la temporada, es normal que se pellizquen y disfruten con la clasificación. Nadie sabe cómo va a quedar este Málaga el próximo 31 de mayo cuando concluya la Liga. Nadie es capaz de aventurar nada, porque puede pasar cualquier cosa. En estos momentos, si todo continúa igual, esperemos. ¿Por qué el Málaga no podría ser como aquel Mallorca u Osasuna, que se clasificaron para la Liga de Campeones? Dejen soñar. Seguro que los profesionales saben perfectamente con su humildad lo que hay que hacer.

En la ciudad hay otro dilema. El Málaga está configurado para conseguir la permanencia. Es verdad. Pero hay plantilla suficiente, los once que juegan más los recambios, para, por lo menos, meter miedo a los contrarios y que le respeten. Antonio Tapia tiene variantes por doquier. Albert Luque, arriba y por la izquierda; Duda, en la banda y de organizador; Eliseu, derecha e izquierda; Salva, Baha, Calleja, Miguel Angel, Apoño... Eso, pocos equipos lo tienen ahora mismo. Seguro que en Valencia estarán preocupados. El Málaga es un sentimiento. Volveré.