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Sin Aguirre, resucitó el Atleti

Magia. Se fue Aguirre y volvió a volar el Atlético. La pócima Abel hizo efecto al instante. A los dos minutos el Kun Agüero ya había recuperado el gol después de una conexión fulminante con Sinama. Y el equipo, como por arte de birlibirloque, exhibió otra vez la pegada tremenda que le puso hace unos meses en la primera vuelta entre los mejores de la clasificación, y Kun y Forlán volvieron a ser la pareja más espectacular y goleadora de la Liga. Hasta Sinama, por la banda, era una centella. A la media hora el Atlético había decidido el partido por fuera de combate del Recre: 0-3. Todo el Atleti tuvo otra actitud, la que hemos echado tanto de menos en las últimas jornadas. Este equipo tiene mucho más de lo que había mostrado en el desastroso mes de enero.

La mejor medicina para las crisis en el fútbol son los goles y las victorias. Abel pedía dos seguidas para recuperar la confianza. Ahí tiene ya una. Y espectacular. No se puede entrar con mejor pie en el banquillo de un equipo. Kun y Forlán, dos fenómenos, le brindaron a su nuevo entrenador una actuación prodigiosa. Son dos jugadores excepcionales capaces de desequilibrar cualquier partido cuanto están enchufados. Y ayer lo estaban. La marcha del mexicano del banquillo ha liberado a todos. Los mismos que hace una semana parecían jugadores sin alma y sin espíritu, catatónicos, se transfiguraron. Son las cosas del fútbol y de los vestuarios. Y este vestuario rojiblanco estaba cansado y aburrido de Aguirre. Sólo así se explica un cambio tan radical.