Ni es Robben ni Joaquín ni Navas
Juande insiste y presiona. Hace bien. Nadie mejor que él sabe que el Madrid, aunque sea para cuatro meses, necesita otro hombre que juegue por fuera. Un extremo o similar, porque a estas alturas del siglo XXI buscar un verdadero especialista de la banda es casi una utopía. Lo sabe él, pero también Mijatovic. Incluso antes de que llegara Juande. Es más, es algo de dominio público porque esa plantilla sólo tiene un futbolista para el juego exterior: Robben.
A cinco días de cerrarse el mercado, la única posibilidad viable se llama Valencia. Si viene cedido, bien. De lo contrario no habrá fichaje. Para que no haya equívocos, el ecuatoriano no es Robben. Ni Joaquín. Ni Jesús Navas. Por buscar una odiosa comparación se le podría medir con Pires. Parte de la banda, ya sea la derecha o la izquierda, pero le gusta tirarse hacia dentro. Prefiere recibir al pie que al espacio. Es potente, pero su fuerte no es el desborde por velocidad por la banda y después buscar el centro como el extremo clásico. Como mucho un regate, no más de dos. Tácticamente es aplicado, se acopla bien al juego colectivo y si tiene que defender, defiende.