Florentino tiene un traje a medida
Una de las cabezas más lúcidas que aún continúa trabajando en la zona noble de las oficinas del Bernabéu lleva tiempo diciendo a quien le quiera escuchar que "el Madrid no tiene arreglo. No cabe en el traje. Es un traje de 1950, de la época de Bernabéu, y ahora casi sesenta años después se estalla. Ha entrado en una dinámica imposible y no tiene solución". Puede que tenga razón, que el traje de los años cincuenta ya le queda estrecho y pesquero a un club de 400 millones de euros de presupuesto, que vive en el siglo XXI y desgraciadamente en una crisis universal. Urge que llegue alguien a la presidencia que, además de fichar a Cristiano, Benzema, Ribery o Cesc le vista institucionalmente con un traje de diseño a la más última de las tendencias.
Miro en el horizonte y no encuentro otro hombre conocido -puede que lo haya sin conocer- que pueda tejer ese traje ad hoc. Se llama Florentino y se apellida Pérez. Además, intuyo que tiene el patrón diseñado en su sastrería y juraría que causará sensación porque en el fútbol español nunca se ha visto un prototipo como ese. Todavía no se lo ha enseñado a nadie, pero tira pespuntes y las medidas le vienen justas. Exactas. Sabe, por seis años de experiencia, que ese paño fino le gusta al madridismo y también conoce que no es lo mismo cuando recurre a la pana. La esencia del antes y el ahora se pondrán ese traje. A Di Stéfano le sentará de lujo. A Zidane, ceñidito. A Raúl, pintón. A Valdano, como anillo al dedo... Y hay más modelos en la recámara.