Queda la mitad del trabajo

Queda la mitad del trabajo

La cosa pinta bien, la verdad. Dos españoles al frente de la clasificación general del Dakar cuando la prueba ha alcanzado su ecuador. Y, por su fuera poco, los principales rivales de Sainz y Coma están fuera de juego, así que hay motivos para ser optimistas. Llevamos años soñando con dos logros que hoy parecen muy cercanos: la primera victoria española en la gran carrera del desierto y, con ella, la posibilidad de un doblete si coincidiera con la que sería la tercera en motos. Y en ésas estamos. Si los acontecimientos de desarrollan durante la próxima semana dentro de una normalidad razonable, el doble objetivo estará cumplido. ¿Podemos empezar a celebrarlo? Diría que no, porque precisamente la palabra razonable no es de las más comunes en el Dakar.

Y éste, el primero en Suramerica, está resultando más exigente de lo que muchos imaginaban. Se trataba de un recorrido desconocido, pero creo que todos teníamos la sensación de que también más civilizado, por llamarlo de algún modo. Sin embargo, las bajas están siendo tantas como ilustres y nadie, ni siquiera los mejores, está exentos de ver esfumarse sus opciones en como un soplo de viento cálido del verano austral. Ya hemos dicho que en la competición nunca existen garantías, en el Dakar menos aún... y en éste de 2009 da la impresión que las certezas se reducen todavía más. Y queda lo peor, incluyendo un desierto de Atacama que poco tiene que envidiar de los más inhóspitos africanos. Así que crucemos los dedos, porque sólo el infortunio nos puede hacer peligrar este sueño.