El premio de los cuartos es suculento
Esta noche vuelve la Copa. Un torneo que gusta a los aficionados y que, desgraciadamente, la Federación cuida poco y mal. La Copa es muy mejorable. Jugar a partido único, en fin de semana como en Inglaterra y Francia, o premiar al ganador con una participación en Champions, conseguirían aumentar su interés y el seguimiento de espectadores y medios de comunicación. Pero, aun estando así , es un torneo agradecido. Sirve para que todos nos liberemos de la presión inhumana de la Liga y nos llenemos de ilusión por ver a nuestro equipo llegar lo más lejos posible. Todos soñamos con ver a los nuestros disputando la final. La Copa es el segundo torneo nacional en importancia. Aporta gloria a sus ganadores, emociones. Hay que cuidarla con esmero. Hubo momentos en los que se ha criticado a los entrenadores por utilizar en Copa a un equipo diferente al de la Liga. Se decía que los técnicos no se tomaban en serio la competición. Es verdad que hay entrenadores a los que les molesta, pero la gran mayoría saben que es la gran oportunidad de conseguir que todos jueguen. De que los futbolistas que los domingos disfrutan de menos minutos aquí los tengan . El Valladolid lo hace. Mendilibar premia a todos y les reserva a los menos habituales este torneo para ellos. Y los jugadores le responden con ganas y con ilusión. Por eso el Valladolid será esta noche un rival muy peligroso para el Sporting. Dos modestos que irán a por todas en un escenario histórico, el viejo Molinón. Estaré encantado de vivirlo.