El Barça se va y es justo. Es el mejor equipo del campeonato y raro será que no se lleve esta Liga. El Madrid le planteó dificultades tácticas que avalan a Juande, pero eso dio para retrasar los goles del Barça, esfumar la goleada, pero difícilmente hubiera dado para algo más. Es verdad que Drenthe tuvo una ocasión clamorosa, pero de ese Barça tantos minutos cerca de la frontal del área de Casillas podía salir en cualquier momento cualquier cosa. Salieron menos de las esperadas, pero también Casillas contribuyó a retrasar bastante el gol. Escogió el Camp Nou, uno de sus escenarios favoritos, para volver.

Ante el Barça se presentan unas navidades felices, con una posición muy cómoda en la Liga y un panorama bueno en la Champions, porque no hay equipos mejores que él. Sólo una plaga de lesiones como la que ha tenido el Madrid podría entorpecer la marcha de este equipo, que además tiene varias piezas recambiables y que sólo flojea por el lado de Abidal, ante el que Palanca fue atrevido y ganó casi siempre. Pero no se le pueden regatear elogios a este Barça que, aunque algo precipitado, supo ayer sufrir, correr, trabajar, insistir, hasta llevarse el premio de esos dos goles y esos tres puntos, que son doce.

Para el Madrid quedan los signos de esperanza. Con tantas bajas y ante un equipo tan colosal, Juande se acreditó como conductor del grupo. Acertó en todo, salvo quizá en aguantar tanto tiempo en el campo a Guti, pésimo, que encima se fue de mala manera. Casillas ha vuelto, Raúl es ahora mismo un pilar, es de suponer que el tiempo vaya recomponiendo la plantilla, aunque ayer recayó Sneijder, lo que no deja de ser un síntoma de que el problema sigue. La verdadera lástima para el Madrid es que está fuera en la Copa, porque la Liga le parece vedada. ¿Y la Champions? Mucho habría que mejorar.