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Este Madrid ni controla ni se controla

El problema del Madrid es que no controla nada. El equipo no controla los partidos, y así saca algunos como malamente puede y otros se le atascan. Schuster no controla sus refunfuñes. En el club nadie controla a Schuster. Y Calderón no se controla él mismo, asediado como está desde hace dos años y medio, y sale con la originalidad de la prima extra. Y como el club tampoco controla las rectificaciones, saca una nota peregrina en la que dice que sí pero no, que es prima pero por siete partidos y no por cinco, y que no es prima porque en realidad es compensación por un partido fantasma en Navidad.

Los partidos, que al final son lo de verdad importante, no los controla porque no tiene un dibujo en que apoyarse y eso obliga a un sobreesfuerzo a todos. Anoche mismo se vio. Sin jugadores rutilantes, el Recre jugó de tú a tú con el Madrid, que lanzaba inevitables centellazos de calidad, inevitables por la excelencia de algunas de sus individualidades, pero el fondo del partido me pareció siempre un poquito mejor manejado por el Recre, que presentía lo que podía pasar, efectivamente iba pasando lo que presentía, y se preparaba para afrontarlo. Por eso metió miedo al Bernabéu.

Y vuelvo a la prima, que va a dar que hablar. En estos días que corren no es feliz idea mejorar los estipendios de un grupo tan bien pagado, que ya tiene sus propias primas concertadas de antemano. El mero hecho de proponerlo les coloca en situación de sospechosos de ser gente interesada, que necesita de algo así para reaccionar y cumplir como no vienen cumpliendo. Hubiera sido más sensato, en lugar de esa nota ridícula y mentirosilla, salir del asunto con una renuncia formal de los jugadores a semejante compensación. Porque este tema es un 'boomerang' que les volverá una y otra vez. Un estigma innecesario.