La ULEB imita a la FIBA
Euroliga contra ULEB. Guerra entre hermanos por divergencias en el modelo de competición. Ambas partes defienden intereses legítimos, pero yo me decantaría por el proyecto de Jordi Bertomeu, de la Euroliga. El baloncesto siempre se ha caracterizado por la innovación, la apertura de horizontes. Lo que propone la ULEB es, más o menos, volver al pasado FIBA, con una clásica Copa de Europa de campeones nacionales, de cualquier nivel y condición. Lo que propugna la Euroliga es un paso adelante, una Superliga protagonizada por los mejores equipos del continente, exclusiva para magnates del basket, sin canchas cutres ni plantillas de calidad mediocre. Entiendo que las ligas nacionales se resistan a perder sus estandartes, pero frenar el progreso es imposible. Si no lo hacemos nosotros lo harán los americanos dentro de pocos años, creando una división europea de la NBA. Ahora se llevan jugadores, sponsors y contratos televisivos.
Sólo les falta arrebatarnos equipos y palacios de deportes para completar la colonización. Sería absurdo que eso ocurriera en el terreno deportivo, cuando estamos asistiendo a la caída del imperio yanqui en economía y política. Una Superliga europea atraería a las multinacionales en patrocinios, y a todas las cadenas de televisión. Subirían los contratos, aumentaría el espectáculo y se limitaría la fuga de estrellas, o regresarían figuras del calibre de Pau Gasol, Dirk Nowitzki o Tony Parker.