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El Kun como el Cid y los liniers

Fue la noche de los jueces de línea. No recuerdo un partido de la Liga española con tantos errores decisivos. El resultado del duelo entre el Atlético y el Liverpool pudo ser otro si no se hubieran equivocado tanto. A los 13 minutos ya habían metido la pata al dar por bueno el gol de Robbie Keane, que estaba en fuera de juego, pero en el 49 le anularon uno a Benayoun en posición legal. Y en el minuto 51 privaron al Atlético del empate al considerar que Maniche estaba en orsay. Otro patinazo. Los linieres no dieron la talla para estar en un partido de la Champions. Suponemos que Platini, que anunció que iba a estar muy pendiente de lo que ocurría en el Calderón, tomará buena nota de todo lo sucedido. La afición estuvo magnífica y sus liniers, desastrosos.

El Atlético se debió contagiar de los liniers en el primer tiempo y no dio una a derechas. Después sí. Fue cuando apareció Agüero. El Kun es como el Cid: basta su presencia para cambiar las batallas. Cuando saltó al campo, al equipo de Aguirre se le encendieron las luces. Su aportación no fue esta vez brillante, pero el equipo recuperó la confianza. Y Simao, al que no le había salido nada, encontró el camino de la portería del Liverpool. Marcó el gol del empate y otro se le escapó unos minutos antes porque Reina le hizo una parada portentosa. El Atlético dio un paso hacia octavos en una noche marcada por los liniers. Platini debería en su tiempo libre organizarles cursillos para que aprendan lo que es un fuera de juego en vez de vigilar tanto al Atleti.