Aquí el Aleti, aquí unos amigos

Llega el Liverpool. No viene Fernando Torres, cuya sola pisada en el estadio de su corazón valía el coste de la entrada. Pero acude un gran equipo que es para muchos atléticos su segundo club; uno que da alegrías y sabe combatir. Así pues: los hinchas que van de colorado a cantar el "Nunca caminarás sólo" en la rinconera del Fondo Norte no son enemigos. Tampoco unos fanáticos de hipócrita violencia que golpean primero y se esconden luego bajo las faldas de los mandamases. No son la UEFA. Han peleado junto a nosotros para que el Calderón no se cerrara. Fue tan intensa la presión que obligaron a que sus directivos la hicieran oficial. Cantan en español esos hinchas que llevan bufandas rojas y blancas; entre la marea de The Kop surge elegante una gigantesca bandera de España que viene a gritar bien alto hacia qué parte de Europa se inclinan sus afectos.

El portero de esos chicos se llama Reina, le veo despejar con el puño y me acuerdo del que mejor ha dominado ese arte: se llamaba Reina y llevaba a la altura del corazón nuestro escudo cuando el equipo estaba a la altura del escudo. Un día, el once del Aleti empezará como hace años: "en la puerta, Reina". Vas por las calles de Liverpool, dices que eres de Madrid y de golpe, esos que van a estar en la rinconera te dicen ¿Atleti? así, un poco mal pronunciado. Queremos ganarles, pues no faltaba más. Y darles un abrazo cuando todo acabe para que nos lo devuelvan en Anfield, cerca de casa.