Un derbi para dar la imagen de Madrid

Madrid ha estado en lenguas estos días. Primero fue la Federación Inglesa, que al tiempo que pidió un partido amistoso a la española deslizó que no quería que fuese en el Bernabéu, 'por racista'. Luego, la UEFA, con su fuerte sanción al Atlético por un feo cóctel agitado por Platini (presionó explícitamente en declaraciones a La Provence) en el que venían mezclados gritos a Taiwo, desconsideración hacia minusválidos, contundencia de la Policía contra los ultras, gritos de Aguirre y pedradas contra el autocar francés. Con todo junto y debidamente exagerado salen aquellos dos partidos de sanción.

El miércoles tuvimos reunión de altura en el Foro Ferrándiz, con el presidente del COE y casi todos los altos personajes de nuestro deporte. Por allí se deslizaba una teoría que hasta ahora yo había considerado paranoica. Pero se la escuché a un tipo al que no sólo tengo por muy serio, sino por muy bien informado. Se trataría de lo siguiente: hay empresas que se ofrecen a las candidaturas olímpicas para desacreditar a sus adversarias. Se dedicarían a eso: a la calumnia, a la difamación, a la agitación de la opinión internacional. Se supone que son buenas en lo suyo, en su maldad. Cobran caro por ello.

Me sigue pareciendo inverosímil, aunque me creó dudas. Pero si es así, razón de más para evitar deslices. Esta noche hay un partido bonito en Madrid; sus presidentes dieron anteayer una muestra de cordialidad en este periódico. Empecemos por ahí. Si nos tienen ganas, razón de más. Si esto pone en peligro Madrid 2016, razón de más. Nada puede ayudar más en estas circunstancias que la persistente conducta intachable del público deportivo de esta ciudad, de este país. El que quiera hacer el mono, que se vaya al zoo. Allí, en el bullicioso recinto de los macacos, podrá entablar conversación con sus iguales.