El Cádiz sufre mucho sin balón

El Cádiz sufre mucho sin balón

La Balompédica Conquense se ha convertido esta temporada en la bestia negra del Cádiz. Primero fue el verdugo del conjunto amarillo a las primeras de cambio en la Copa del Rey y ahora el que devuelve a la tierra a un equipo que estaba en una nube, gracias a los buenos resultados obtenidos en los tres primeros envites de la Liga regular. Este tropiezo, incluso, lo dan por bueno algunos componentes de la plantilla amarilla, siempre que sirva para que en el futuro no se vuelvan a cometer los mismos errores. A las buenas plantillas hay que dotarlas de buenos hábitos, aspecto éste que el entrenador Javi Gracia conoce con profundidad, dada su dilatada carrera profesional, ya que ha convivido en innumerables vestuarios de diferentes equipos.

El Cádiz en esta categoría tiene una faceta diferente a las anteriores campañas, donde el protagonismo principal en la elaboración del juego se la disputaba con el rival. Incluso algunos equipos con plantillas superiores o con jugadores desequilibrantes requerían de una atención especial por parte de los cadistas. Ahora, ese papel les corresponde a los centrocampistas amarillos. No es lo mismo el Bezares que salía en Primera a morder al referente en el centro del campo rival y asfixiarlo, que salir a intentar destruir a los posibles generadores de juego en Segunda B. Es como si le faltara una referencia, en un equipo que se siente muy cómodo con la posesión del balón, pero que sufre más de lo debido cuando lo tiene el rival.