Schuster tiene un plan C

Vive el Madrid un verano extremo. Hasta la semana pasada no se movía un hoja en el despacho de Mijatovic. Y ayer se desató el vendaval: Schuster pasó por la derecha a la inquieta afición reclamando fichajes con un descomunal puñetazo en la mesa mientras Calderón reactivaba los dos planes que maneja. El presidente estaba a punto de entrar a matar por Van der Vaart cuando Cristiano Ronaldo salió de su apagón para comunicar discretamente al Madrid el día y la hora en que empieza su guerra con el Manchester.

Creo que no hay marcha atrás ni para lo uno ni para lo otro. El Madrid traerá al holandés porque no tiene la certeza de que el portugués lleve al United a una situación límite. Y si a Cristiano le funciona tensar la cuerda, también vendrá, porque el crédito personal de Calderón está en juego. Y entonces saldrá Robinho, al que Schuster quiere en la plantilla, y no aterrizará el nueve que pretende el alemán para dar aire a Raúl y Van Nistelrooy, condenados a jugarlo todo pasados los treinta. Y si la cosa no funciona, el alemán volverá a la carga... salvo que Cristiano lo tape todo.