La cantera es siempre rentable

Cuando alguien cuestiona la necesidad de apostar por la cantera, en un club tan modesto como el Valladolid, siempre se me viene a la cabeza la figura de una merluza o de un buen besugo, excelentes pescados, para compararlos con quien realiza ese tipo de afirmación. Dudar de que el Valladolid debe de potenciar cada vez más su cantera es una temeridad. Baste solamente este dato para demostrar con números la memez: En el año 1998 el Valladolid ingresó 1.650 millones de las antiguas pesetas por el traspaso de Benjamín al Betis. Con sólo ese dinero, hay para mantener todos los gastos de cantera del Valladolid desde entonces y hasta hoy y todavía queda mucho por gastar. Supongo que así se irá entendiendo el tema un poco mejor.

La cantera es para tener paciencia y, sobre todo, para trabajarla bien. El Valladolid ha ganado muchísimo dinero con sus canteranos. Nombres como los de Cesar Sánchez, Amavisca, Juan Carlos, Eusebio, Torrecilla o Fernando Hierro, que llegó para jugar en el Promesas sin costar un euro, son la prueba de que se pueden hacer bien las cosas. Asenjo es el último ejemplo de ello. La cuestión es patear los campos, tener muchos informadores y estar dispuestos a gastar algo en fichar cadetes o juveniles. Hacen falta técnicos que además de ir a mirar partidos, vean antes que los demás y sepan decidir y anticiparse. En el Valladolid, sin embargo, falta decisión a la hora de apostar y de gastar en canteranos. Es más fácil vivir de cedidos o de jugadores libres.