Mira por dónde, Luis ha metido a Gattuso en el partido. Lubos Michel le sacó la amarilla y Aragonés se la ha quitado. Los italianos aprovechan del fútbol lo mismo que nosotros del cerdo ibérico, es decir todo. Y ha facilitado que Gattuso haya pasado de estar suspendido a protagonizar la rueda de Prensa de la víspera como si de un titular se tratara. Su doble misión: calentar a Luis (para eso le podía haber pedido la receta a Sergio Ramos) y a España entera con su desprecio al Real Madrid.

Pero ha sido Luis el que le ha dado cancha. Aún estamos a tiempo de no caer en la trampa. Caminero, que es una autoridad en la materia porque estuvo en el episodio contra Italia del Mundial 94, me decía la otra noche que "a los italianos sólo les ganamos con el balón, con la boca seguro que no porque son los maestros de la provocación". Luis debería saberlo: a la azzurra no hay que meterle el dedo en el ojo, sino el balón al hueco. Ellos tienen muy clara la táctica para mañana: que España toque poco balón, que Fandel corte el ritmo y que haya poco tiempo real de juego y mucho de polémica y follón. Si entramos al trapo, arrivederci Roma.