Tal y como existe en España, el gobierno francés ha creado múltiples programas para fomentar la solidaridad intergeneracional. Jóvenes y viejos viviendo y trabajando juntos ¡Bonita imagen! Sin duda la selección francesa tendría que apuntarse a este plan. Porque la situación actual es grave y podemos ver en ello una de las principales razones del fracaso francés en esta Eurocopa. La fractura entre la generación saliente liderada por Thuram y Vieira y la entrante dominada por Benzema y Nasri aparece como incurable. Muchos hablan ya de "guerra" entre viejos y jóvenes.

Los que fueron campeones del mundo se han endiosado y no entienden el comportamiento de sus cadetes. Consideran una falta de respeto que las estrellas del futuro se atrevan a ocupar sus sitios en el autobús, que lleguen al desayuno escuchando música o no saluden a sus mayores con la debida deferencia. En el partido frente a Holanda, Raymond Domenech dio razón a los pilares del vestuario y castigó a Benzema y Nasri dejándoles en el banquillo. El ocaso de la vieja guardia ya no deja opciones al seleccionador. Tendrá que apostar por los jóvenes "maleducados".