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A este paso la declararemos 'desierta'

Como se hace en esos premios o concursos literarios en los que no se encuentra ninguna obra de verdadero mérito entre las presentadas, tendremos que acabar declarando 'desierto' el trono de esta Liga. El Barça empató ayer en Almería y con eso da vidilla a este Madrid horrible versión 2008 (ocho derrotas en tres competiciones) pero que, con todo y eso, mantiene incólume la ventaja con la que salió del Camp Nou, tras aquella su gran noche: siete puntos. El Madrid va despacio, pero el Barça también. Tan despacio que ya siente en la nuca el aliento del Villarreal, que va tras el segundo puesto.

Le faltaba gente al Barça, pero la que tenía es tremenda. Lo mismo puede decirse del Madrid. En ambas casas deben hacer examen interior y reconocer que hay gente por ahí que trabaja muy bien con muchísimo menos. Que son demasiados los equipos hechos de retales que les plantan cara. A ellos, que pueden gastarse cada verano cien millones si es preciso para rehacer la plantilla. En el Barça el problema es el galacticismo, virus joven, nacido y propagado en España, lo que lo impide; en el Madrid, la suicida negatividad de Schuster, peleado con la Humanidad y actuando ya por corazonadas.

Tan mal están los dos, Madrid y Barça, que no se sabe si están mal o están bien. El Madrid pierde y pierde, pero tiene la Liga a tiro, y no es poco. El Barça queda en evidencia al no conseguir acercarse al Madrid, pero está a un partido de la final de Copa y tiene ante sí unos cuartos de final de Champions muy favorables, y más allá, quién sabe... Esa es la cara en ambos casos. La cruz es que van amontonando desilusión en sus respectivas aficiones, y al tiempo están degradando la imagen de un campeonato vivo y vibrante en los demás estratos, pero que tiene el escaparate sucio y desordenado. Muy mal los dos.