NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Luis, Villar y la guerra que nunca existió

La víspera de San Valentín trajo, o así parece, la paz en una guerra inexistente. O, lo que es lo mismo, la calma en una tormenta desatada en un vaso de agua. El vaso de agua es Luis Aragonés, cuyos excesos tienen la rara virtud de hacer de la Federación un espacio prudente, sensato, tolerante y práctico. "¡Que me echen!", clama Luis Aragonés, o eso dicen por él, y él deja que lo digan en su nombre. Pero no le echan, ni falta que hace, porque los jugadores le toleran, la Eurocopa está ahí y no habría por qué pagarle por un trabajo si no lo quiere hacer. Y, francamente, el trabajo no es tanto.

No es tanto, no. Consiste en escoger los veintidós mejores jugadores de España, relación en la que casi todos estaríamos de acuerdo. Y luego, escoger a once de entre esos veintidós, e ilustrarles sobre unas pocas cosas que posiblemente ellos ya saben, del tipo de cómo sacar faltas y córners y cómo esperar que hagan lo propio los rivales. Y una vez hecho, confiar en la suerte y tener explicaderas para salir del paso si las cosas van mal. Y dado que casi siempre han ido mal, tampoco es tan difícil explicarse. Basta con decir "nos falta formación física de base", o algo así. Vale cualquier latiguillo bien traído.

De modo que me alegro de que Luis y Villar se hayan reenamorado en esta víspera de San Valentín, fecha muy apropiada. Me gusta que hoy se intercambien flores. Y que la calma vuelva al ánimo de ese buen hombre al que tras tantísimos años de fútbol se le aparecen fantasmas, como le pasó a Alonso Quijano por exceso de lecturas: que si Raúl, que si Hierro, que si Del Bosque, que si Clemente... No hay para tanto. Cálmese. Ahí están Casillas, Iniesta, Sergio Ramos, Puyol, Xavi, Niño Torres... Futbolistas buenos para quedar bien. Y si quedamos mal habrá sido como tantas otras veces. Tranqui, Luis, tranqui.