Ese irresistible encanto de los zurdos...

El Valladolid salió valiente y jugando bien en el Bernabéu, pero se encontró con una noche inspirada de varios zurdos. Los zurdos son especiales, un poco brujos, y si se junta la inspiración de varios de ellos.... A partir de la lesión de Robinho el Madrid reunió a cuatro en labores de ataque: Guti, Drenthe, Raúl y Robben, los cuatro bailando en torno a un diestro proteico, Baptista, que abrió el melón para dar paso al festín. El festín consistió en un concurso de pases al hueco y remates ajustados, que para mí ganó claramente Guti, pero en el que los otros tres merecieron también el sobresaliente.

Algo tienen los zurdos que nadie ha sabido explicarme, que les hace mejores. Las dos mejores piernas que ha dado el fútbol, libra por libra, han sido izquierdas: las de Puskas y Maradona. En el Bernabéu, de donde se acaba de despedir la fabulosa pierna de Roberto Carlos, se teme como a un nublado a la de Messi, y se discute con pasión en torno a la de Guti. Bueno, no se discute sobre la zurda de Guti, más bien sobre el resto de su persona, peinado y tatuajes incluidos. Sobre la zurda de Guti no hay discusión, sino adoración, que forzosamente habrá de crecer a partir de los lujazos que nos regaló ayer.

Dos zurdos más se acreditaron ayer: Robben y Drenthe. El primero tuvo una actuación redonda en el Bernabéu, por fin un partido convincente; Drenthe refrescó aquellas primeras buenas impresiones del verano. Pero lo que corría al salir del Bernabéu era, sobre todo, otra cosa: ¿es sensato que Guti y Raúl no estén en la Selección? Lideran el juego del líder de la Liga, marcan goles y los dan, están fuertes, animados, dispuestos... Una zurda excelsa, la de Guti, una zurda insistente, la de Raúl, una afición enorme a sus espaldas, que clama contra lo que encuentra una injusticia. Luis no tiene un problema, sino dos.