Cuando lo importante es ganar

Cuando lo importante es ganar

Bueno, pues España ganó. El partido venía con mala pinta desde días atrás: la convocatoria de Arbeloa, la lesión de Silva, la gastroenteritis de Bojan, la guerra civil grotesca en el seno de la Federación entre montescos y capuletos que no termino de distinguir. Y ya en el campo más cosas: el susto de Bojan, la lesión de Torres, el dominio francés, la lesión de Ángel... Todo parecía tomar el aire de una noche negra que auguraba derrota y más crisis, ante un adversario que parecía mejor en todo: en estatura, en técnica, en colocación sobre el campo, en convencimiento. Ganar en noches así da mucha fuerza a un equipo.

No es que nos debamos conformar con eso, lo importante es jugar bien, pero ganar partidos así fortalece mucho. Cualquiera puede ganar siendo superior, pero ganar siendo inferior, en día de confusión y malestares, es sólo derecho de privilegiados. Y España ganó ayer un partido, ante una Málaga entregadísima, sin más que dejar pasar el tiempo hasta una especie de arrebato final. Una brusca aceleración cuando quedaba un cuarto de hora que sorprendió a Francia, provocó tres o cuatro llegadas al área y entre ellas un córner del que salió, Iniesta mediante, el gol. Iniesta ha sido una vez más el salvador de las pesadillas de Luis.

Ahora nos queda mes y medio por delante hasta la próxima cita. Conviene pedir a Luis, Hierro y compañía que se retiren por el foro y que dejen de decir y desdecir, de correr malicias de un lado a otro y de dar lugar a espectáculos tan desagradables como el de la víspera. España tiene buenos jugadores y el billete para la Eurocopa. No queda tanto para ella. A ver si somos capaces de tener la fiesta en paz y comportarnos de aquí al verano. Porque no ha hecho más que terminar este partido y ya me temo lo que pueda ocurrir en vísperas del próximo, si Dios quiere, el tiempo lo permite y la autoridad no lo impide, el 26 de marzo en Elche.