Peligro: Rafa Guerrero tiene imitador

Pasa la vida, pasa la Copa. Pasan el Valencia y el Getafe. Quedan el Atlético y el Mallorca. Pasa que el Valencia pierde un partido malo, malo de solemnidad, pero sigue adelante, y eso puede compensar sus terribles cuitas de estos días. Pasa que el Atlético juega mal, mal, mal, y aunque gana el partido por 3-2 no le llega. Ni para seguir adelante ni para consolarse de la eliminación. El Atlético se descompone, a pesar de una espléndida pareja de ataque, Forlán-Agüero, que se cuenta entre las mejores de Europa. Pero con ellos no hay ni elaboración en la media, ni desborde en las bandas, ni seguridad atrás. Nada.

El partido del Manzanares acabó 3-2, resultado que sugiere un gran espectáculo, pero no fue así. Fue muy malo. El caso me recuerda un argumento insistente de un amigo taurino-futbolero, que siempre me repetía que los goles y el buen fútbol no tienen por qué estar relacionados, como pasa con los toros y las orejas. "La prueba es Julio Salinas", me decía, "empecinado goleador y pésimo futbolista. Como tanto mal torero que corta orejas." Ayer hubo goles de partido grande pero fútbol de partido chico, como para preocupar a los dos. Sólo que el Valencia sigue, y eso le alivia. El Atlético no tiene consuelo.

La otra noticia de la noche fue la confirmación de un tal Roberto Díaz Pérez del Palomar como seria alternativa a Rafa Guerrero. Ambos forman la cuadrilla de Iturralde, que de por sí ya se las trae. Roberto Díaz, el mismo en cuyo lado pilló la jugada del no-penalti de Sevilla (casualidad) inventó ayer un no-penalti en Mallorca, que casi decide la eliminatoria. Él, Iturralde y Rafa Guerrero son el Triángulo de las Bermudas de nuestro fútbol, lo anuncio desde ya. Uno por uno serían de por sí temibles. Juntos son capaces de cualquier cosa. Por favor: pongan a los tres a buen recaudo.