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El achique de espacios según Caparrós

Lo de 'achique de espacios' fue un invento, a mi juicio tramposo, de Menotti para redefinir la trampa del fuera de juego. (Ya saben, adelantar la defensa coordinadamente para dejar en fuera de juego al delantero incauto). Esa práctica fue una de las varias fórmulas, todas detestables, que hicieron ganar partidos y títulos al Estudiantes de la Plata mediados los sesenta, con Bilardo con el ocho a la espalda. La escuela purista argentina renegó de la trampa del fuera de juego como lo que era: una forma inelegante de sacar ventajas del reglamento. Menotti fue bandera de aquella escuela purista. Por eso...

Por eso cuando, años más tarde, echó mano de la trampa del fuera de juego, lo redefinió, con el ingenio que le caracteriza, como 'achique de espacios'. No se trataba, según él, de dejar en fuera de juego al delantero incauto, sino de constreñir la zona de juego del medio campo rival. Una redefinición camelística a mi juicio, aunque con pretensión redimidora. Pero cada uno construye sobre lo anterior (así es la Humanidad) e igual que Menotti reinterpretó el fuera de juego ahora Caparrós (y no es el primero) reinterpreta el achique de espacios corriendo las rayas del campo hacia adentro. Toma achique.

Fue una iniciativa fea y estéril. Estéril porque el reglamento de competición prohíbe (artículo 266, apartado segundo) cambiar las dimensiones del terreno con la temporada en marcha. Y feo porque lo es. Es feo quitar espacio al fútbol, es feo tirar las rayas para adentro porque anuncia una intención antijuego. Y si hablamos del Athletic y la Copa, es mucho más feo aún. El Athletic es muy respetado por un modelo, por un estilo, y está obligado a la respetabilidad. Esas rayas despintadas y repintadas son por un lado la expresión de un miedo, que mejor disimular, y por otro, la negación de un estilo. Mal, Caparrós.