Defensas: mejor buenos que muchos

Calderón presume de ser hombre de buena fortuna, tanta como para armar en su mandato la zaga con mejor aspecto que le recuerdo al Madrid en dos décadas. Con los que estaban y con los que llegaron. Unos han hecho mejores a los otros. Los 30 millones que costó Pepe ("menos mal que no lo ficharon siendo don José", bromeó Guasch entre el aplauso general, incluido el mío) ya no están en el debate. Él ha liderado el cambio de tendencia. A mí ya me impresionó en las duras, en aquella derrota del Madrid en Bremen, y desde entonces no ha parado de crecer. Es un central de manejo, colocación y sabiduría. Incluso de velocidad en corto. Y reeduca a Cannavaro, al que ha borrado la sonrisa irresponsable y ese imprudente impulso de arreglarlo todo con anticipación.

Y ayudan dos laterales excelentes: Sergio Ramos, del que ya no se recuerda que también fue caro, y Heinze, en las antípodas de Roberto Carlos, un lateral sólo de campo propio pero impecable. Que se apunten el tanto técnicos (recuerdo que Samuel y Woodgate costaron más y tenían más reputación cuando llegaron). Y que se apunte Capello que se defiende mejor con buenos que con muchos.