El primer regalo de estas navidades

El fútbol se pone guapo al llegar la Navidad y nos regala este partido, el favorito de casi todos. El mejor partido del mundo, escribía ayer Pedro Martín, ateniéndose a la cantidad de títulos nacionales e internacionales que reúnen los dos clubes. Esas impresionantes salas de trofeos ponen el telón de fondo solemne al partido. Por delante están las cosas de hoy, que son más importantes, porque siempre lo último es más importante. Y lo de hoy es que el Barça está en proceso de cambio, con demasiadas dudas quizá. O no. Hoy lo sabremos. Y el Madrid está sólido, tras un viaje de regreso de las galaxias a la realidad.

Siempre he pensado que el Barça se equivocó este verano, que en lugar de haber comprado a Henry debería haber vendido a Ronaldinho, y que para afrontar esa decisión tenía a su favor la cantidad de grandes jugadores jóvenes que le han salido de la cantera y le siguen saliendo, en los últimos años: Iniesta, Messi, Bojan, Giovani... Más lo que había: Etoo, Xavi, Deco... Acumular demasiado brillo le ha llevado a la confusión. Lo de Henry ha sido por ahora inocuo, porque la larga baja de Etoo ha permitido que colara durante bastantes semanas. Pero Ronaldinho se ha convertido en un foco de tensión.

Pero a pesar de eso el Barça tiene peligro, porque tiene una calidad enorme. Aún sin Messi. Aún con Ronaldinho, si es que sale. En según que fases será uno menos, pero sus faltas están ahí, y la amenaza de un pase perfecto a Etoo también está ahí. El Barça ofrece relámpagos indefendibles. El Madrid, la constancia de su esfuerzo, rematado por la capacidad de gol de los de arriba. Un fútbol con menos inspiración, pero que enorgullece al madridista tras la vergonzosa molicie de los últimos años galácticos. Un partido de tronío, con Etoo y Raúl como ejes de atención. Esos sí que son fantásticos de verdad.