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Koeman da la campanada en Valencia

Esta noche hay Copa, esa Copa dispersa y fugitiva que aparece y desaparece en el calendario. Copa del Rey, Copa de España. Juega hasta el Madrid, que visita al Alicante, club con el raro mérito de tener saldo favorable ante él: para una vez que jugaron, ganó el Alicante. Sólo eso ya la daría interés al partido. También juegan el Depor y el Espanyol, en Montjuïc. Y el Valencia visita al Real Unión de Irún, un clásico, fundador de la Primera Divisón. También hay UEFA, con la visita del Anderlecht, en realidad un aristócrata del fútbol europeo, a ese feliz proletario llamado Getafe. O sea: hay fútbol.

Pero todo se me empequeñece ante lo que encuentro como una machada ventajista de Koeman, que ha cogido a Cañizares y a Albelda y les ha dicho que no cuenta con ellos, que lo digan en el club. Que se busquen salida, vamos. Una enormidad. Tiempo atrás se decía que determinadas revelaciones había que hacerlas antes de la noche de bodas. El fútbol sigue valiendo eso. Si a Koeman no le valían Cañizares y Albelda, nada menos, debería haberlo advertido al club antes de fichar. Lo decente hubiera sido decir: "No cuento con ellos, sépanlo antes de ficharme. Búsquenles destino." Pero Koeman no hizo eso.

Rompió contrato con el PSV, firmó dos años y medio por el Valencia y sólo ahora, tras dejar a su nuevo club sin Champions y descolgado en la Liga, se descuelga con esta machada. Pone al club en jaque mate. ¿Qué hacer? ¿Masacrar a dos símbolos del club? ¿Pagar a Koeman dos años y medio por un mes y pico de ruinoso trabajo? Es horrible. Y a todo esto, ¿qué necesidad tiene Koeman de dar ese cante? Si no les quiere, que no les ponga, es libre para eso. Pero eso no le basta. Está aquí, en la antesala del Barça, y no muestra el menor respeto por el Valencia, por su confusión y por sus emblemas. Me horroriza.