Inglaterra se lleva los jóvenes talentos

España es en fútbol, desde antiguo, más un país consumidor que productor. Aquí producimos hinchas generosos y entregados en cantidades industriales, pero no tantos futbolistas. Preferimos comprarlos. Y sin embargo, aquí se juega mucho al fútbol, más que a ninguna otra cosa. ¿Entonces? La explicación es que aquí no hay paciencia para darles el último golpecito de horno a los que vienen bien. Se prefiere comprar jugadores ya hechos (que además permiten que circulen comisiones) antes que echarle un poquito de paciencia al último tramo de formación de nuestros mejores valores.

Así que sólo los que vienen bien rematados casi desde la cuna (Raúl, Casillas, Puyol, Torres, Xavi, Iniesta...) entran en nuestros grandes primeros equipos. El resto vegeta, queda a la deriva, va a equipos menores y corre el riesgo de perderse. Por eso los chavales de nuestras canteras escuchan de buen grado las ofertas que les llegan de Inglaterra y por eso ha llegado a crearse un flujo fuerte y continuo de valores que van para allá. Cesc no está solo, hay muchos más. Y no hablo del Niño Torres, que se fue como estrella consagrada, sino de promesas adolescentes apenas conocidas aquí. Como Cesc en su día.

¿Por qué Inglaterra? Porque allí hay varios entrenadores con mentalidad de cuidar a los jóvenes (Wenger a la cabeza) y tacto para ir administrando sus apariciones, alternando el primer equipo con el de la Liga de Promesas, campeonato este que es en sí una ventaja estructural que nos sacan. Allí hacen lo que aquí no hacemos. Y han creado una estructura de cazatalentos en nuestro país. Criar buenos jugadores, desarrollar talentos prometedores, es más barato y más gratificante que andar fichando de aquí por allá cualquier cosa. Me pregunto si el ejemplo inglés nos hará cambiar de mentalidad.